Sus ojos verdes deambulaban entre la
mesa y el suelo de la sala, temerosos de mirar directamente a un público que le
devoraba sin reparos. Todas las mujeres que conocía, prácticamente sin
excepción, suspiraban por él cada vez que su nombre aparecía en una
conversación; la conclusión era unánime. Al parecer, su galopante calvicie, encubierta
por un rapado total, no hacía disminuir la locura colectiva que aquel hombre
provocaba entre las legiones de féminas que año tras año, y como resultado de
sesudas encuestas en las más variopintas revistas, lo elegían como uno de los
hombres más sexis del planeta. Pesaban mucho más sus proporcionadas facciones y
su atlética corpulencia, pero sobre todo, eran sus penetrantes ojos verdes la
cualidad que la mayoría de las féminas destacaban más en su persona. Reyman opinaba
que la fama del personaje, considerado el mejor futbolista del mundo, así como su
voluminosa cuenta bancaria, ayudaba, y no en poco, a tal devoción.
(Fragmento Capítulo 3 de Secretos bajo la hierba - Juan José Marín)
(Fragmento Capítulo 3 de Secretos bajo la hierba - Juan José Marín)
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