viernes, 29 de septiembre de 2017

ATRAPADO





Sus piernas temblaron cuando vio cómo la punta de su lengua humedeció levemente, casi por accidente, sus sensuales labios. Se preguntó por qué había decidido seguirla. ¿Deseaba que pasara algo entre los dos? No estaba seguro de la respuesta. Sintió entonces el calor de una mano aferrarse a la suya con delicadeza. El gesto le hizo recordar la suavidad de su piel. La delicada mano tiró de la suya. Ismael miró sus ojos y observó sus labios, que le sonreían invitándolo a seguirla. No pudo evitar caminar tras ella. Aquellos ojos lo habían hipnotizado. Estaba atrapado y lo peor era que no le importaba. Se había jurado mil veces que lo que estaba a punto de suceder no iba a volver a producirse; pero en ese momento, teniéndola tan cerca, se vio incapaz de cumplir su promesa. La deseaba demasiado como para alejarse sin beber de aquel agua.

Extracto de la novela SECRETOS BAJO LA HIERBA
Novela escrita por Juan José Marín


martes, 26 de septiembre de 2017

AHMED BEN BAREK





Sus ojos verdes deambulaban entre la mesa y el suelo de la sala, temerosos de mirar directamente a un público que le devoraba sin reparos. Todas las mujeres que conocía, prácticamente sin excepción, suspiraban por él cada vez que su nombre aparecía en una conversación; la conclusión era unánime. Al parecer, su galopante calvicie, encubierta por un rapado total, no hacía disminuir la locura colectiva que aquel hombre provocaba entre las legiones de féminas que año tras año, y como resultado de sesudas encuestas en las más variopintas revistas, lo elegían como uno de los hombres más sexis del planeta. Pesaban mucho más sus proporcionadas facciones y su atlética corpulencia, pero sobre todo, eran sus penetrantes ojos verdes la cualidad que la mayoría de las féminas destacaban más en su persona. Reyman opinaba que la fama del personaje, considerado el mejor futbolista del mundo, así como su voluminosa cuenta bancaria, ayudaba, y no en poco, a tal devoción. Los flashes de las cámaras iluminaban su cara como relámpagos en una noche oscura, sin piedad, como en una de esas noches tormentosas que tanto asustaban a su exesposa y en las que él aprovechaba para acurrucarse a su espalda y dormir abrazado a ella, cosa que cualquier otro día sería impensable, pues pronto lo hubiera expulsado al otro extremo de la cama agobiada por el calor de su cuerpo. Todos parecían querer atrapar sus facciones en el ángulo preciso para llenar al día siguiente las portadas de los periódicos. Él, sin embargo, tan solo parecía querer salir de allí lo más rápidamente posible. Se le veía incómodo, fuera de lugar, como una de esas fieras de cualquier zoológico que, de repente, sin previo aviso y sin haberles pedido permiso, se encuentran delante de sus jaulas, sin razón aparente, a decenas de amantes de la naturaleza atiborrándolos de los cacahuetes que les sobraron tras los chimpancés.


Extracto de la novela SECRETOS BAJO LA HIERBA
Novela escrita por Juan José Marín



domingo, 24 de septiembre de 2017

HE NEEDS ME





Se alejó del espejo y se dirigió de nuevo al dormitorio. Un pantalón corto y una camiseta blanca conformaron la indumentaria con la que se vistió y se acercó a la cocina, donde cogió un vaso y lo llenó con hielo. En el salón, encendió las luces y de los armarios sacó una botella de whisky. Antes de eso se había acercado hasta el viejo tocadiscos y había colocado la aguja en un disco de vinilo para escuchar su canción favorita de Nina Simone: He Needs Me. Primero lo había sido de su esposa, hasta que él la adoptó como himno de su vida; de la que fue, de la que ya no era y de la que nunca más sería. Así lo sentía él.

Extracto de la novela SECRETOS BAJO LA HIERBA
Novela escrita por Juan José Marín

miércoles, 20 de septiembre de 2017

DEMASIADO JOVEN





—No seas tonta —le aconsejó Reyman en un tono paternal—. Te he dicho mil veces que en esta vida hay que dejar los prejuicios a un lado y aprender a disfrutar, y para eso hay que aprovechar las oportunidades. La vida de un policía es una porquería, te lo dice alguien que lleva más de treinta años en el cuerpo. Estamos mal pagados, peor valorados, convivimos con los desechos de la sociedad y por si fuera poco, tenemos que aguantar a un montón de chupatintas que nos mangonean a diario mientras nosotros nos jugamos el cuello.
—Aun así. Sé que soy tonta, pero prefiero seguir en el cuerpo.
—No eres tonta, ni mucho menos; eres demasiado joven. Ese mal lo hemos tenido todos, pero los años terminan curándolo. Por eso deberías hacer caso a este viejo tú que aún puedes.
—Te prometo que me lo pensaré.
Su voz parecía sincera, juzgó Reyman mientras observaba sus ojos. Aquellos ojos marrones nunca lo engañaban, siempre sabía leer en ellos. María no era de las que escondían sus intenciones. 


Extracto de la novela SECRETOS BAJO LA HIERBA
Novela escrita por Juan José Marín




lunes, 18 de septiembre de 2017

CAPTURADA






A su nariz le llegó su apestoso perfume. Sintió unas irrefrenables ganas de vomitar en sus brillantes zapatos negros, pero se contuvo. Observó al otro animal. Vigilaba sus movimientos como un adiestrado y obediente perro guardián. Era una cuarta más bajo que su compañero, moreno y de mirada insípida. Su piel ofrecía un aspecto bronceado que la llenó de envidia. Las dimensiones de su cuerpo no ofrecían la espectacularidad de su compañero, pero bajo su camiseta podía adivinar un cuerpo torneado gracias a muchas horas de sacrificio sobre los aparatos de algún maloliente gimnasio repleto de testosterona.
—Te lo volveré a repetir y espero por tu bien que esta sea la última vez —le aconsejó recalcando las últimas palabras—. ¿Cómo has acabado husmeando por aquí?
—El olor a mierda que dejas es inconfundible —respondió ella mirándole a los ojos sin reparo. Era su forma de demostrarle que no le tenía ningún miedo.


Extracto de la novela SECRETOS BAJO LA HIERBA
Novela escrita por Juan José Marín



domingo, 17 de septiembre de 2017

OJOS



—¿Buscas recordar viejos tiempos?
—Algunos momentos estuvieron bastante bien.
—Yo diría que más que bien. Ahora mismo recuerdo uno en un hotel de Berlín realmente memorable —dijo mordiéndose acto seguido el labio inferior—. Seguro que lo recuerdas.
—Sí, claro. Lo malo es que contigo esos recuerdos siempre tienen un final amargo.
—Ya me conoces —dijo abriendo los brazos—, soy así.
Se puso en pie y se acercó hasta él aproximando la boca a la de Ismael, que aguantó impertérrito el abordaje esperando acontecimientos. Ismael observó aquellos ojos por los que un día perdió la cabeza y comprendió el porqué. Su intensa mirada era capaz de derretir al hombre más casto. Él lo sabía bien. Había sucumbido a ellos, y en ese momento la firmeza que se había infligido estaba comenzando a resquebrajarse como el hielo de un lago al final del invierno. 


Extracto de la novela SECRETOS BAJO LA HIERBA
Novela escrita por Juan José Marín



sábado, 16 de septiembre de 2017

COMO UN FAROL DE BURDEL






—Ponme una cerveza bien fría, chaval. Ya que tengo que esperar, hagamos algo provechoso.
El chico dejó el ordenador, se acercó al grifo y cogió un vaso largo, pero se detuvo de repente. Le miró, pálido, y preguntó, dubitativo:
—¿La quiere con alcohol o sin alcohol?
Reyman lo observó sorprendido. No daba crédito a las dudas de aquel muchacho.
—No veas tanta televisión, chaval —le recomendó—. Nada de mariconadas. Si quisiera agua me iba a una fuente. Con alcohol, hombre. ¡Qué ocurrencias!
Los otros dos imberbes de la barra rieron en silencio. No se atrevieron ni a mirarlo. Les bastó con mirarse el uno al otro. El chico gordo se encendió como un farol de burdel. Agarró el grifo con mano temblorosa y empezó a llenar el vaso. Medio minuto después se lo puso delante y se marchó sin levantar la cabeza.


Extracto de la novela SECRETOS BAJO LA HIERBA
Novela escrita por Juan José Marín





viernes, 15 de septiembre de 2017

YA A LA VENTA


NUNCA SE LO DIJO




   Sabía que Sofía solía acostarse tarde, sobre las dos o las tres de la madrugada. Ella era una de esas personas afortunadas a las que les bastan cuatro o cinco horas de sueño para estar al día siguiente como una rosa. Estaría sentada en el sillón situado en un rincón del salón, justo al lado de la ventana, leyendo con la ayuda de sus pequeñas gafas de pasta. Era como si pudiera verla, como si estuviera a pocos metros de él. La imaginó con el pelo recogido en una coleta, enfundada en su suave pijama veraniego y jugando al mismo tiempo con sus pies desnudos, como hacía cada noche, como la había visto hacer durante los años que vivieron bajo el mismo techo, absorta en las páginas de algún libro que, por lo general, no le duraba entre las manos más de cinco o seis noches; desde luego no recordaba haberla visto más de diez días con el mismo ejemplar. Nunca se lo dijo, pero siempre había admirado la disciplina con la que noche tras noche, evitando sucumbir al sueño, se sentaba en aquel rincón que nunca quiso usurpar; ese era su refugio y jamás se le pasó por la cabeza invadirlo, ni siquiera de forma momentánea. 

   Extracto de la novela SECRETOS BAJO LA HIERBA
   Novela escrita por Juan José Marín



sábado, 9 de septiembre de 2017

DOS AGENTES DEL CNI




     Se encontraba sola, sentada en la cafetería del Belere Hotel, en Rabat, su favorito de entre los que solían utilizar cada vez que visitaban la capital marroquí. No tenía grandes lujos, aunque cumplía con creces las expectativas de quien, como ella, buscaba ante todo descanso y un oasis de paz. Por si eso no fuera suficiente, no se encontraba demasiado alejado de la Embajada española, cuestión que había que tener en cuenta cuando estaba fuera de España y realizaba actividades que poco tenían que ver con el turismo. Sus compañeros aún no habían dado señales de vida. Todavía seguían descansando del duro viaje del día anterior. Ella no había podido evitar levantarse temprano y, una vez despierta, la idea de un buen café no la había dejado volver a conciliar el sueño. 

(Fragmento Capítulo 4 de Secretos bajo la hierba - Juan José Marín)


viernes, 8 de septiembre de 2017

UN SOSPECHOSO: AHMED BEN BAREK





     Sus ojos verdes deambulaban entre la mesa y el suelo de la sala, temerosos de mirar directamente a un público que le devoraba sin reparos. Todas las mujeres que conocía, prácticamente sin excepción, suspiraban por él cada vez que su nombre aparecía en una conversación; la conclusión era unánime. Al parecer, su galopante calvicie, encubierta por un rapado total, no hacía disminuir la locura colectiva que aquel hombre provocaba entre las legiones de féminas que año tras año, y como resultado de sesudas encuestas en las más variopintas revistas, lo elegían como uno de los hombres más sexis del planeta. Pesaban mucho más sus proporcionadas facciones y su atlética corpulencia, pero sobre todo, eran sus penetrantes ojos verdes la cualidad que la mayoría de las féminas destacaban más en su persona. Reyman opinaba que la fama del personaje, considerado el mejor futbolista del mundo, así como su voluminosa cuenta bancaria, ayudaba, y no en poco, a tal devoción. 

(Fragmento Capítulo 3 de Secretos bajo la hierba - Juan José Marín)


jueves, 7 de septiembre de 2017

INSPECTORES DE HOMICIDIOS




     De repente, Reyman recordó dónde se encontraba y se apartó de la ventana, giró su cuerpo y vio a su compañera acercándose a él, a la que preguntó:
 ¿Qué sabemos de ella, María?
Su compañera se había detenido al otro lado de la cama y observaba en silencio a la chica muerta. Sus ojos estaban clavados en la cara de la víctima, casi no pestañeaba. Sus manos agarraban un pequeño bloc de notas, que sujetaba como si quisiera sacarle jugo.
¿Dónde te has metido? preguntó, mirándolo de improviso.
María le acompañaba desde hacía algo más de año y medio. Era joven, demasiado para ser inspectora del grupo VI de Homicidios, pensaban algunos. También era guapa, demasiado para ser policía, opinaban muchos otros. Él, en cambio, tan solo echaba en falta tener algunos años menos para tirarle los tejos a aquella preciosa mujer con la que compartía tantas horas de trabajo. Aparte de la diferencia de edad, el hecho de ser inspector jefe tampoco le ayudaba.
He ido a echar gasoil mintió Reyman.
María lo miró con desconfianza. Después, dijo:
Se llamaba Raquel Jiménez Acosta.

 (Fragmento Capítulo 1 de Secretos bajo la hierba - Juan José Marín) 


martes, 5 de septiembre de 2017

MODELO ASESINADA





    Cuando el inspector Reyman entró en la lujosa habitación de hotel, lo primero que vio fue el cuerpo sin vida de una mujer, desnuda y tendida sobre la cama, boca arriba. Al acercarse, silenciados sus pasos por la moqueta que cubría el suelo, observó que se trataba de una mujer joven, de poco más de veinte años, que tenía los ojos fijos en el techo blanco. Le llamó la atención su vientre hundido y las costillas esculpidas sobre su piel pálida. Su pelo oscuro era una maraña sobre la almohada, como si un crío hubiera estado jugando a esparcir sus mechones sobre ella. Observó con detenimiento su cara, de la que le sorprendió especialmente el intenso azul de sus ojos abiertos, que contrataban con su piel blanquecina como lo hacen unos faros en mitad de la noche.

    Reyman sintió una lástima infinita al ver a aquella chica allí tumbada, fría y sin vida, abandonada sobre aquella cama de hotel como un animal abatido en una cacería, aunque al menos esta vez no había sangre que envileciera la escena, detalle que Reyman agradeció profundamente. A aquella chica le habían arrebatado algo más que la vida al dejarla de aquella manera, sin ropa, muerta en una habitación de hotel, pensó el inspector. Además de su futuro le habían robado su dignidad, y eso era algo que a Reyman le hacía hervir la sangre sobremanera.

 (Fragmento Capítulo 1 de Secretos bajo la hierba - Juan José Marín)

LA NOCHE

La puerta se cerró de golpe. Su cuerpo, varado en mitad del vestíbulo, se estremeció de pronto. Reyman, desorientado y asustado, buscó...