lunes, 20 de agosto de 2018

LA NOCHE




La puerta se cerró de golpe. Su cuerpo, varado en mitad del vestíbulo, se estremeció de pronto. Reyman, desorientado y asustado, buscó la causa tras él; no halló más que la puerta cerrada. Resopló, cansado y aliviado a la vez. Caminó lentamente por el pasillo sin molestarse en encender las luces. No le hacían falta. Si se lo proponía, podía recorrer todo su apartamento con los ojos cerrados. Llegó hasta su cuarto y se tendió en la cama, observando el techo; solo percibía las sombras de la lámpara. La persiana estaba bajada y las cortinas corridas, por lo que la luz de las farolas de la calle apenas entraba en la habitación.

LA NOCHE

La puerta se cerró de golpe. Su cuerpo, varado en mitad del vestíbulo, se estremeció de pronto. Reyman, desorientado y asustado, buscó...